La piel puede conservarse sana, joven y bella de manera muy sencilla y efectiva.
Te sugerimos hacer un hábito los siguientes cinco pasos:
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Limpia
tu cara diariamente antes de dormir, para eliminar las impurezas del día.
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Exfolia
una vez a la semana, para favorecer tu rostro con la eliminación de las células muertas, la contaminación y mantener limpios los poros.
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Hidrata
con cremas de día y de noche todos los días, para retrasar el envejecimiento natural de la piel y mantenerla firme y elástica.
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Protege
con cremas con protección solar dependiendo tu actividad, para prevenir daños irreversibles en la piel.